Mi experiencia básica de la vida parece diferir de la implícita en la típica comprensión no-dual las cosas - Francis responde - 62

Francis Lucille

Mi experiencia básica de la vida parece diferir de la implícita en la típica comprensión no-dual las cosas. Busco cualquier comentario clarificador que puedas tener. Esta es mi posición: parece que para mí, el núcleo de la experiencia de separación existe en un estado profundamente encarnado. Una especie de reacción a, u objetivación de un estado de pánico. Parece completamente físico. Una posible explicación neurológica es que una región del cerebro se sobrestimula de tal manera que su producción empieza a poner en peligro la estabilidad de todo el órgano, se separa de la modelización holística del cerebro y se convierte en un murmullo energético en una especie de circuito estático cerrado. Hasta me pregunto si tiene algo que ver con convulsiones limitantes. De cualquier manera el aislamiento de esta región ‘demasiado caliente’ es sólo parcial. La producción de energía estática de este órgano de percepción se convierte ahora a su vez en un objeto percibido por el resto del cuerpo/mente (la producción de la mente). La objetivación de este estado energético lo empuja al trasfondo, o mejor dicho lo transforma en un trasfondo. Este trasfondo parece ser el (típico) “yo” (self) no examinado. Hay mucha evidencia experimental que apoya la noción de que la función de la mente es modelar sin cuestionarse, una gestalt de realidad basada en cualquier material que se le presente. Como tal, el yo (self) separado (este trasfondo) se imprime en este marco interpretativo de la experiencia. Esta explicación de la prevalencia de la experiencia de separación, alienación, etc., parece que se ajusta mejor que la noción usual de que todos tenemos este estado inculcado por el condicionamiento social. Así que me parece que la investigación del yo (self-inquiry), de ser algo, tiene que ser el estar presente en este pánico primal: la reintegración de esas regiones de miedo. He encontrado que este éstasis energético se disipa en momentos excepcionales, cuando he estado de alguna manera abierto al trasfondo que usualmente es cercado en un tabú existencial (los dragones). Con lo que me quedo de momento se puede describir como un estado en el que mi mente y la experiencia de mi cuerpo me parece tan externos como …esta mesa ¡Es una vitalidad indescriptible! Pero ocurre en ráfagas muy cortas…De cualquier manera no puedo entender la investigación del yo (self-inquiry) como nada más que el estar abierto al trasfondo rumoroso de energía ‘estática’ que se confunde con el yo separado y objetivizado. He intentado describir mi posición. ¿Qué añadirías? ¿De qué te desharías? ¿Qué modificarías?

Muchas gracias. Con afecto, Dave

Estimado Dave,

Por muy sofisticados que sean, nunca podremos describir el sujeto en términos de objetos, ni explicar la consciencia mediante la mente. También es un desperdicio de tiempo y energía tratar de explicar la ignorancia usando un modelo basado en el cuerpo-mente, porque en el centro de la ignorancia hay un elemento de libertad que no puede ser reducido al mecanismo cuerpo-mente. La ignorancia es una elección de la consciencia.

Si entendemos la investigación del yo (self-inquiry) como “estar abiertos al transfondo de murmullo de energía ‘estática’ que se toma por el ser separado y objetivizado”, es probable que nos quedemos estancados en esta contemplación hasta morir de aburrimiento. El motor que conduce nuestra investigación sobre la naturaleza real de la consciencia debería ser un vivo interés, un ansia gozosa. No nos equivoquemos, en esta investigación no es la ignorancia lo que es de interés, sino la propia consciencia. La meditación consiste en una mezcla de indiferencia benevolente en relación a los objetos y de interés apasionado por la presencia en la que surgen y de la que están hechos. Esta indiferencia y este interés son como los dos lados de la misma moneda. A mayor interés, mayor indiferencia. Lo que se haga desde este interés es verdadera meditación. Puede incluir pensar acerca de la verdad, investigar la experiencia del cuerpo, o sentarse tranquilamente sin ningún objetivo en mente.

Con afecto,

Francis

Traducido por Carmen Areitio

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