Dos afirmaciones a priori - Francis responde - 127

Francis Lucille

Lugar: San Rafael, CA

Francis, estoy preocupado por algo que puede parecer elemental para alguien que ha estado investigando temas espirituales por más de 40 años. Si investigamos nuestra experiencia es evidente que todo lo que experimentamos, tanto “interno” como “externo”, es experimentado por o en la consciencia.

La Consciencia es, por lo tanto, la realidad a priori de nuestra experiencia humana. Darse cuenta de esto de la forma más profunda, lleva claramente a una vida radicalmente transformada al estar libre de cualquier sentido de limitación. Sin embargo, llegar a decir, como tú y todos los demás maestros de advaita hacen, que la consciencia es la realidad a priori de toda la existencia, parecería ser una extrapolación, no fundamentada en la experiencia directa. El hecho de que nosotros, como seres humanos, no podamos experimentar nada fuera de la consciencia, no quiere decir que no haya nada fuera de la consciencia, ni que la consciencia es la realidad a priori de todo lo que es. Todo lo que la experiencia directa puede revelar es que la consciencia es la realidad a priori de los seres humanos (ya que son los seres humanos, y solo los seres humanos, los que afirman esto). Ciertamente cualquier afirmación más allá de esto es una extrapolación. Quedé insatisfecho con tu respuesta a la pregunta 125, cuando afirmaste: “la ausencia de recuerdo de un acontecimiento pasado no implica el que no fuéramos conscientes cuando ocurrió este acontecimiento. Por lo tanto… la consciencia nunca puede estar ausente.” No parece que la segunda afirmación se derive inevitablemente de la primera, sino que es más bien una extrapolación que no está apoyada en la experiencia directa. Y la primera afirmación es también cuestionable: aunque la ausencia de recuerdo de un acontecimiento pasado no implica que no fuéramos conscientes, ¡tampoco implica o prueba que lo fuéramos! La experiencia del sueño profundo, la anestesia o cualquier otro momento de “inconsciencia”, sugieren más bien, que más que la consciencia sea la realidad a priori de la realidad, puede que sea la realidad a priori de la experiencia humana en el estado de vigilia o de ensoñación. A su vez esto sugeriría la posibilidad de que los materialistas estén en lo cierto, que la consciencia verdaderamente puede ser un epifenómeno del cerebro humano. Esto no sería contradictorio con la evidencia directa de la realización del Ser, sólo con sus extrapolaciones. De la misma manera se afirma a menudo que la consciencia es eterna, que sobrevive la muerte del cuerpo físico. También esto, aunque perfectamente plausible, parecería una extrapolación. Esto sólo lo afirman seres humanos vivos que, por definición, todavía no han muerto (por lo menos no físicamente). Incluso la evidencia de experiencias cercanas a la muerte, o los testimonios de los que han “muerto” médicamente, y han sido resucitados no es concluyente, ya que en estos casos el proceso de la muerte no se ha completado. Así que aunque la inquietante e inconsolable asunción materialista de que la consciencia se extingue con la muerte no se puede probar definitivamente, tampoco se puede probar la afirmación más reconfortante y consoladora de que la consciencia sobrevive la muerte. Diría que, al menos en relación a la muerte (y probablemente al sueño profundo y otros estados “inconscientes”), la única posición honesta intelectualmente es la del agnosticismo. ¡Alegres afirmaciones en sentido contrario no constituyen una prueba! Mi investigación en estos temas ha revelado claramente mis propias asunciones materialistas previamente ocultas; y aunque estoy más que dispuesto a explorar sus limitaciones, no estoy dispuesto a aceptar a ciegas afirmaciones contrarias, ¡simplemente porque mi ego espiritual las prefiera! Gracias por tu anticipada respuesta. James Haig

Estimado James,

Gracias por tu pregunta.

Estoy de acuerdo contigo en que “El hecho de que como seres humanos nunca podemos experimentar nada fuera de la consciencia, no quiere decir que no hay nada fuera de la consciencia, ni que la consciencia es la realidad a priori de todo lo que es”. Sin embargo, el punto que tendrás que admitir es que, en contra de una asunción muy común, no hay evidencia en absoluto de que haya algo fuera de la consciencia, ni de que ésta no sea la realidad a priori de todo lo que es. Por lo tanto, “cualquier cosa fuera de la consciencia” se encuentra en la posición del unicornio: se habla de ello pero nunca visto, con una diferencia: puede que alguien llegue a ver alguna vez un unicornio, pero nunca podrá nadie ver algo fuera de la consciencia. “Algo existente fuera de la consciencia” es posible lógicamente pero experimentalmente imposible, mientras que “todo lo existente en la consciencia” es al mismo tiempo lógicamente y experimentalmente posible. El mismo principio de la navaja de Occam que usamos para eliminar nuestras preocupaciones con los unicornios, debería de usarse para eliminar la inútil externalidad de las cosas y la gente. Podría entender lanzar una moneda al aire para elegir entre dos posibilidades si no hubiera consecuencias diferentes entre uno y otro resultado. Pero la comprensión clara de que el descubrimiento de que no haya cosas ni gentes externas pondría fin a nuestro sufrimiento, es un incentivo enorme para seguir investigando la verdad del tema.

En relación a mi respuesta a la pregunta 125, este es el extracto completo: “Dado que la consciencia y la ausencia de la consciencia no pueden estar presentes simultáneamente (A), la ausencia de la consciencia no se puede experimentar (B). Sólo se puede asumir a partir de la ausencia de recuerdos que queda, por ejemplo, tras la experiencia de la anestesia. Tampoco se puede inferir lógicamente de esta ausencia (C), ya que la ausencia de recuerdo de un acontecimiento pasado, no implica que no estuviéramos conscientes cuando este acontecimiento tuvo lugar (D). Por lo tanto desde tu punto de vista, y éste es el único aspecto que importa, la consciencia nunca puede estar ausente (E).”

La estructura lógica de las frases es: A implica B, D implica C, B y C implican E. Tu interpretación: D implica E es errónea, lo que explica, espero, tu insatisfacción.

También dices: “La experiencia del sueño profundo… sugiere que, más que la consciencia sea la realidad a priori de la realidad misma, puede que sea sólo la realidad a priori de un ser humano en el estado de vigilia o de sueño.” ¿De qué experiencia estás hablando? ¿No implica esta experiencia la presencia de la consciencia durante el sueño profundo, durante esta experiencia? Y si es así, ¿cómo puede esto “sugerir” que la consciencia no sea primaria, a pesar de su presencia continua?

Una observación final para clarificar las afirmaciones a priori y las implicaciones lógicas incluidas (implícita o explícitamente) contenidas en mis “afirmaciones”.

Afirmaciones a priori:

Implicaciones lógicas (unas pocas entre otras muchas):

Si crees que una de las cinco implicaciones lógicas es falsa, debes enfrentarte con ello y decirte a ti mismo cuál de las afirmaciones a priori es falsa. Si crees que hay más de una realidad, por ejemplo tú y yo, debes explicar cómo esas dos realidades pueden comunicarse la una con la otra, como lo estamos haciendo, sin que ambas estén inmersas en una realidad última que abarque a los dos, tú y yo, en cuyo caso tú y yo no somos absolutamente reales. Y si crees que la consciencia no es real, tienes que explicarte a ti mismo cómo esta consciencia irreal podría tomar cualquier resolución verdadera, incluída la resolución de que ella misma no es real.

Mi objetivo al responder una pregunta no es el dar una prueba lógica sólida de S1 y S2, lo que es imposible dado que tienen que ser conocidas a priori, sino guiar a los lectores a un lugar desde donde puedan darse cuenta directamente la verdad de las dos afirmaciones a su entera satisfacción. Yo no lo puedo probar, ni tampoco lo pretendo. A veces, uso la lógica para probar la falacia de una afirmación que el lector puede creer que es verdad, pero no en este caso. O vemos la verdad tanto de S1 como de S2, o no la vemos. Y no la vemos hasta que la vemos. Habiéndola visto, nunca revertimos a una posición de ignorancia completa. No puede ser vista al nivel fenomenológico. Verla es despertar a nuestro verdadero ser, y vivirlo en toda la profundidad y extensión de sus implicaciones es estar establecido en paz, libertad y amor.

Afectuosamente,

Francis

Traducido por Carmen Areitio

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